Es como un aforismo pensar que un cielo despejado solucionará los males que durante el invierno atenazaban al mundo; del mismo modo que, hacerse a la idea de que la realidad es pasajera y cambia a nuestro placer. Es absurdo pensar que las cosas función acorde a nuestras circunstancias.
Es absurdo, estúpido, inútil, ridículo.No importa que el cielo esté azul, la brisa huela a prímulas o que los abejorros zumben por ahí. Nada importa, porque todo sigue siendo igual de gris, igual de zafio, igual de banal si no estás aquí.
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